Una de las claves del consumo colaborativo, es que todas sus actividades parten de una confianza para con el ser humano. Y sin duda esto es lo más difícil de llevar sobre todo teniendo en cuenta que no somos islandeses.
El español arrastra la famosa e irreal “picaresca”, esa que
servía para sobrevivir a los terratenientes y a la Guardia Civil en la guerra pero que, sinceramente, ahora solo sirve como
un lastre que anima a un tono irreverente de pega y mala educación. La
picaresca es en realidad una traba que alimenta la desconfianza, y como la
corrupción y la “picaresca” gobiernan los altos despachos de este país, tenemos
casi la obligación de empezar a deshacernos
de ella a pie de calle. Yo, como muchos otros ciudadanos ansió una ciudad cívica
y amable, pero para eso, primero de todo, debemos comportarnos cívicamente con
los demás y con el espacio público.
Ayer día 23 de Agosto, la Comunidad de Madrid ya dejo caer
eso de que el billete de metro subiría en Septiembre para sorpresa de pocos. Ahora ha llegado la hora de las alternativas:
hoy nos centraremos en el carsharing.
El carsharing o autos compartidos no es una modalidad nueva.
Se lleva practicando desde hace tiempo pero poco teniendo en cuenta el nivel de
coches que hay en España. No hace falta decir cifras si os fijáis en la
cantidad de parkings nuevos que se construyen cada año. Y por supuesto en ciudades pequeñas las
cantidades de coches son mayores puesto que las líneas de transportes públicos suelen
ser más deficientes.
Podíamos alegar el ya trillado “Coger el coche contamina”,
pero seamos más originales y digamos que el coche te roba; paga el seguro, paga
la gasolina, pasa la ITV, el impuesto, etc.….un coche es igual a ver volar
dinero.
Tanto para aquellos que no dispongan de coche o aquellos que
tengan uno y lo usen y quieran sacarle rentabilidad hay varios sitios a los que
acudir. Nosotros ponemos tres diferentes pero hay muchos solo tenéis que
cotillear por la red.
Carpooling: en esta plataforma los usuarios ponen aquellos
itinerarios que realizan o aquellos que necesitan. El precio (más barato cuanto
más diario es el viaje) lo pone el
conductor. Es interesante sobre todo porque también se organizan itinerarios
para festivales varios.
Respiro Madrid: esta es una empresa de carsharing que por
un módico precio (depende de su uso en horas o días) podrás usar uno de los
coches de su flota. Es similar a un servicio de alquiler pero realizan
descuentos a los socios y se realiza todo por internet y teléfono.
SocialCar: este es un mediador entre personas que tienen un
coche y lo usan poco y personas que necesitan un coche para un momento dado. El
dueño del coche tendrá que realizarse un seguro especial que ellos gestionan ya
que habrá un uso muy variado de gente, por otra parte el precio lo marca el
dueño del coche y es él quien decide quien lo coge y quien no.
Este último ejemplo es si cabe el más complicado de llevar a
cabo pues, volvemos a hacer hincapié, conlleva poner una total confianza en
aquellos que van a usar nuestro coche. Es hora de que pongamos esa confianza,
la poca que nos queda dadas las circunstancias, en la gente que nos rodea. Saquémosle
partido a cada cosa que tenemos, compartamos, confiemos.
Silvia Piquer.
Silvia Piquer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Copleanos